En el sector suroriental de la provincia de Cáceres se
encuentra la comarca " Villuercas, Ibores, Jara". Donde predomina un
tipo de paisaje montañoso formado por sierras muy abruptas, con escarpadas
cumbres cuarcíticas y valles profundos por donde discurren caudalosos ríos. En
este paisaje serrano se asienta la Real Villa de Berzocana, título que concedió
el rey Carlos I a este pueblo el 30 de marzo de 1538.
En este lugar encontramos también la huella que la naturaleza nos ha
dejado, el roble Marivela, catalogado como uno de los árboles más singulares de
Extremadura. Esta zona tiene además paisajes de extraordinaria belleza, en un
terreno accidentado, cubierto de grandes bosques de encinas, robles y
alcornoques.
A 728 metros de altitud, se puede recorrer las más diversas rutas, en las
que nos encontramos la huella del hombre, que se pueden observar en las
pinturas rupestres, los castros celtas, necrópolis romanas y tumbas medievales
(Tesoro de Berzocana, compuesto por troques de oro de la Edad del Bronce). Pero
su historia está presidida por los santos Fulgencio y Florentina, patronos de
la villa, localizados en la iglesia parroquial de San Juan Bautista (S.
XIV-XVI), templo gótico de gran valor, junto a esta obra se encuentra la ermita
de La Concepción en cuyo interior se encuentra un magnifico retablo barroco.
Berzocana también ha sido capaz de crear una huella gastronómica
aprovechando la excelencia de los recursos naturales, se preparan suculentos
platos típicos, como la caldereta de cordero o cabrito, las migas extremeñas,
etc...
En repostería, los exquisitos "rabos de calabaza", dulce
apreciadísimo que sólo puede degustarse en este lugar.Que será protagonistas de
nuevas entradas junto a otros dulces...
Las frutas, especialmente cerezas y castañas de alta calidad, procedentes
de las explotaciones de la zona, se catalogan entre las mejores de España. El
resto de las frutas y las verduras, son muy apreciadas por su agradable gusto y
textura, como consecuencia de la singular climatología.
Como herencia berzocaniega, nos quedamos
también con una tierra que te aborda en la quietud de un tiempo que parece que
no corre, en la serenidad del ánima, en la inspiración de la fuerza de la
tierra y de la vida salvaje.
Post realizado por: M. Jesús Labrador Hoyos
Mi abuela era de Berzocana, estoy intentando leer lo más que puedo de su pueblo.
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