miércoles, 22 de enero de 2014

SAN FULGENCIO 2014

El pasado jueves, día 16, celebramos San Fulgencio patrón de Berzocana y de la Diócesis de Plasencia: http://www.diocesisplasencia.org/w/?p=1879

En este día  tuvimos el placer de celebrar la eucaristía en honor a San Fulgencio. Donde participaron los párrocos de las poblaciones cercanas como Cañamero, Aldeacentenera o Garciaz.
Foto de MariLuz Trinidad
Foto de MariLuz Trinidad
Acompañado de la tradicional procesión de los Santos donde todo el pueblo colabora en el paseo tanto de las figuras como de las reliquias.
Foto de MariLuz Trinidad
En esta procesión sucede un hecho que solo se repite en las celebraciones de verano y es la “puja por la entrada del arca de los Santos”
Para los Berzocaniegos es un honor entrar de regreso a la Iglesia las reliquias de los Santos, por esta razón al término de la procesión y antes de entrar se sucede una puja.

Esta puja, normalmente, se realiza por familias que deciden introducir las reliquias por diversos motivos en los que se encuentran: agradecerles a los Santos alguna cuestión, por promesas para que la situación mejore, por el orgullo y el reconocimiento que supone este hecho, etc.
Foto de MariLuz Trinidad
En este apartado me gustaría resaltar la gran solidaridad de este pueblo que, en ocasiones, cuando se dan cuenta que una familia que no lo ha pasado bien está pujando dejan de pujar para que ésta pueda entrar las reliquias sin gastarse demasiado dinero.

Una vez finalizado el acto religioso, la cofradía invitó a todo el pueblo a unas migas que, sin que nadie se ofenda, estaban para repetir y repetir.

foto Teresa Diez







Un día estupendo para el pueblo que queremos compartir con los que no pudisteis asistir.






Foto Teresa Diez




                                                                                              
Foto Teresa Diez
                                                                                                               
                                                                                                              













Por: María Teresa Diez

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